Reserva Natural Pantano Espinar y Caño Madre Vieja

El Caño Madre Vieja ubica en la colindancia de los Municipios de Aguada y Aguadilla en la costa noroeste de la Isla de Puerto Rico. El Caño es un área de estuario, manglares y humedales que se encuentran en buenas condiciones por no tener fuentes de contaminación conocidas. El Humedal del Barrio Espinar de Aguada y el Caño Madre Vieja se unen en un mismo punto donde predomina el bosque de mangle, especialmente el mangle rojo (Rhizophora mangle) y otras especies de árboles como la emajagüilla (Thespesia populnea)  y la emajagua (Hibiscus permabucensis). El área de mangle sirve de barrera para proteger la costa de las marejadas y el humedal sirve para amortiguar las inundaciones que son frecuentes en el área por el desbordamiento del Río Culebrinas.

En el ecosistema del Pantano Espinar y Caño Madre Vieja se han observado aves endémicas, migratorias y en peligro de extinción como la Yaguasa de Pico Negro o Chiriría (Dendrocygna arbórea), el Gallinazo Caribeño (Fulica caribaea), el Pato Dominico (Nomonyx  dominicus) y el Pelícano Pardo (Pelecanus occidentalis), especie protegida por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). El lugar también sirve de hábitat para cangrejos, crustáceos y el anidaje de tortugas marinas como el tinglar y el carey.

El área de playa de toda esta costa, frecuentada por residentes de los pueblos cercanos y turistas, tiene un gran potencial turístico para actividades al aire libre, donde la conservación del mangle, el humedal y el estuario son un atractivo adicional para planificar excursiones eco turísticas. Este ecosistema también tiene potencial para desarrollar investigación científica y estudios ambientales.

Desde el año 2012 la organización ambiental Ciudadanos Aguadeños Pro Conservación del Ambiente (CAPCA) en alianza con el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico se han embarcado en la encomienda de lograr que se designe el área como la Reserva Natural Pantano Espinar y Caño Madre Vieja, con el fin de proteger el ecosistema, como parte del patrimonio natural de la costa noroeste de Puerto Rico, para el beneficio de la presente y futuras generaciones de puertorriqueños.